El lunes, agentes federales llevaron a cabo operativos de allanamiento en propiedades pertenecientes a Sean “Diddy” Combs en Los Ángeles y Miami, en medio de las acusaciones de tráfico sexual y acoso que enfrenta el rapero.

Decenas de agentes del Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) llevaron a cabo los allanamientos en la lujosa residencia del músico en el prestigioso barrio de Holmby Hills en Los Ángeles, fuertemente armados.

Tomas aéreas de medios locales capturaron el enorme despliegue de las fuerzas federales en la suntuosa propiedad poco después del mediodía, con las patrullas y camiones oficiales contrastando con los vehículos de lujo estacionados en la mansión.

Otras imágenes mostraron la incursión por agua y tierra en su propiedad en Miami.

“Los medios estadounidenses afirman que los allanamientos son parte de una investigación federal sobre trata de personas que se inició a raíz de documentos encontrados en Nueva York”, informaron. Cámaras de medios de comunicación fueron desplegadas y paparazzi se posicionaron para cubrir los acontecimientos.

En una demanda presentada en 2023, la cantante Cassie, ex novia de Diddy, alegó haber sufrido abuso sexual, incluyendo violación, durante varios años. A pesar de haber llegado a un acuerdo confidencial, los ojos seguían puestos en el caso.

Investigan trata de personas

Aunque no se ha informado el motivo de la investigación, fuentes han confirmado que el rapero es el foco del caso.

El Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) tiene entre sus responsabilidades investigar la trata de personas, entre otros crímenes.

Según TMZ, Diddy estaba en Nueva York en el momento de los allanamientos.

El portal de entretenimiento también publicó fotos de los allanamientos en las que se observa a dos jóvenes siendo esposados, quienes se presume son sus hijos Justin y King.

Combs, de 54 años, ha enfrentado demandas civiles por parte de varias mujeres que lo acusan de conducta sexual inapropiada.

Conocido como Puff Daddy o Diddy, las denuncias retratan al rapero, un ícono del hip-hop estadounidense con una fortuna valorada por Forbes en mil millones de dólares, como un depredador sexual violento que utilizaba el alcohol y las drogas para someter a sus víctimas.

El año pasado, su exnovia Casandra Ventura lo acusó de obligarla a tener relaciones sexuales con varios hombres durante años en diferentes ciudades de Estados Unidos.

La demanda argumentaba que el caso se trataba de tráfico sexual, un delito federal en Estados Unidos.