El vapeo entre adolescentes, una tendencia cada vez más preocupante, podría estar asociado con un aumento del riesgo de exposición a metales tóxicos como el plomo y el uranio, según una nueva investigación publicada en la revista Tobacco Control.
El estudio, realizado por investigadores que analizaron datos del Estudio Juvenil de la Comunidad de Tabaco (PATH) de 2018 a 2019, reveló que el vapeo es una práctica extendida entre los adolescentes estadounidenses, con aproximadamente el 14% de los estudiantes de secundaria (alrededor de 2,14 millones) y más del 3% de los estudiantes de bachillerato (alrededor de 380,000) informando haber vapeado en el mes anterior.
Los investigadores se centraron en 200 adolescentes de entre 13 y 17 años que vapeaban exclusivamente y analizaron muestras de su orina en busca de la presencia de cadmio, plomo y uranio. La frecuencia de vapeo se dividió en tres categorías: ocasional (1 a 5 días al mes), intermitente (6 a 19 días) y frecuente (más de 20 días).
Aunque se necesita más investigación para comprender completamente los efectos del vapeo en la salud de los jóvenes, los resultados de este estudio subrayan la importancia de implementar regulaciones y medidas preventivas específicas para proteger a los adolescentes de los riesgos asociados con el vapeo.
Además, se examinaron los diferentes tipos de sabores de los líquidos de vapeo, incluyendo mentol o menta, fruta, dulces y otros como tabaco, clavo o especias, y bebidas alcohólicas o no alcohólicas.
Los resultados mostraron que los niveles de plomo y uranio en la orina eran significativamente más altos entre los adolescentes que vapeaban con mayor frecuencia en comparación con aquellos que lo hacían de forma ocasional.
Aumento de niveles de plomo en la sangre
Específicamente, los niveles de plomo eran un 40% más altos entre los vapeadores intermitentes y un 30% más altos entre los vapeadores frecuentes en comparación con los ocasionales. Del mismo modo, los niveles de uranio en la orina fueron el doble entre los vapeadores frecuentes en comparación con los ocasionales.
En cuanto a los sabores de vapeo, se observó que aquellos que preferían los sabores dulces tenían niveles de uranio un 90% más altos en comparación con los que optaban por sabores mentol o menta. Estos hallazgos son particularmente preocupantes dado que los productos de cigarrillos electrónicos con sabor a dulce son populares entre los adolescentes y pueden contribuir a una mayor exposición a metales tóxicos.