No pasó ni un día desde que Adidas anunciara en un comunicado que había terminado su colaboración con Kanye West (que deja de producir la marca Yeezy) cuando el artista se puso a buscar sustituto ‘a su manera’.

Según contaba CNN anoche, Ye se presentó en las oficinas de Skechers de Los Ángeles “sin avisar y sin invitación” y comenzó a grabar al personal de las instalaciones hasta que dos miembros de seguridad le escoltaron a la salida.

Poco después salió un comunicado: “Skechers no está considerando y no tiene intención de trabajar con West”, dijo la compañía en su declaración del miércoles. “Condenamos sus recientes comentarios divisorios y no toleramos el antisemitismo ni ninguna otra forma de discurso de odio”.

Adidas puso la “colaboración bajo revisión” a principios de octubre después de que él usara en público una camiseta con la inscripción “White Lives Matter”.

Se “desplomó” su fortuna

Tras el anuncio de Adidas, las acciones en bolsa del gigante deportivo caían un 6%. La colaboración entre Adidas y Kanye West reportaba a la compañía alemana nada menos que el 8% de las ventas en calzado. En 2020, Yeezy llegó a facturar 1.800 millones de euros.

Sin Gap, sin Adidas y sin Balenciaga, su fortuna se ha ‘desplomado’ hasta los 400 millones de euros. Y de estos, puede perder la mitad, porque la familia de George Floyd, asesinado por la policía en 2020, hecho que inició el movimiento Black lives Matter, ha denunciado a Kanye por difamación y pide una indemnización de 250 millones. El rapero llegó a decir en una entrevista reciente que Floyd murió “por lo efectos del fentanilo”.